Amor de Martes

– Señora, le agradezco; pero deje allí mismo nomás esa moneda.  Sí, en el piso.

– (…)

– Es que hoy es Martes; después de dejarla a Usted paso a buscar a mi nieta.

– (…)

– Dejo esas monedas para ella.  Cuando encuentra alguna dice que son de la buena suerte, para que los pasajeros me pidan carreras bien largas y así yo pueda comprar un taxi más nuevo.  Yo prefiero las carreras cortas, así son más monedas.